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Viernes
Jul. '16

San Felipe Neri Guadalajara

La joya barroca del centro de Guadalajara

Por: Dulce Muro 

Los tapatíos son personas sumamente unidas a sus creencias religiosas, la mayoría de ellos practicantes del catolicismo, por lo cual no es raro que en la ciudad existan tantos templos dedicados a esta religión. 

Más allá de lo que pueda representar espiritualmente para muchas personas, los templos de Guadalajara son verdaderas joyas arquitectónicas, que a su vez ayudan a comprender la historia y la cotidianidad de la ciudad y sus habitantes. Algunos de ellos han sobrevivido de manera íntegra a los innumerables cambios que ha tenido la ciudad con el paso del tiempo, otros no han tenido la misma suerte y ya no existen o sufrieron cambios drásticos en su estructura, de las cuales sobreviven sólo pequeñas fracciones. 

Uno de los que permanecen completos y con gran parte de su estructura original, es sin duda el templo de San Felipe Neri, ubicado en pleno centro histórico, sobre la calle de San Felipe, a un costado del edificio de la Preparatoria de Jalisco. Este edificio data de 1752, año en que comenzó su construcción bajo la dirección del arquitecto Pedro José Ciprés y terminó de edificarse en 1802.  

Foto original: Dulce Muro

Curiosamente, a diferencia de lo que naturalmente se cree, el patrón de este templo no es San Felipe Neri, sino Nuestra Señora de la Asunción y su fiesta se celebra el 15 de agosto.  

Su estilo arquitectónico, por fuera, corresponde al colonial y posee uno de los campanarios más bellos de este estilo en todo el país, en el que destacan sus piezas escultóricas. Típicos de la época también resaltan sus nichos labrados en la fachada, que albergan cada uno las imágenes de San Felipe y San Francisco de Asís, así como su atrio que está conservado en su estado y tamaño original y el diseño de su cancelería circundante.  

Sin embargo, el interior es de estilo neoclásico, característico de los templos anteriores al siglo XIX. El templo alberga 14 pinturas al óleo del pintor Miguel Cabrera, considerado el máximo exponente del arte sacro en el país. Éstos son imágenes de la virgen, trabajadas sobre cobre y que aún conservan sus marcos originales. El altar se constituye de columnas pareadas y al centro un nicho con la imagen de la Virgen María. 

Se trata de una de las muestras más importantes de arte barroco en la ciudad, por lo cual no puedes dejar de darte una vuelta y apreciar esta edificación, que adorna el concurrido centro de Guadalajara. 

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